martes, 13 de marzo de 2012

LA HUELGA INÚTIL

Cargadita de razón, repitiendo las consignas del jefe Mariano, la Cospedal dice. “La huelga general no sirve para remediar el paro”. Y añaden todos los corifeos: “Y tampoco arregla la economía”. Profundas verdades, pero cortas.
Porque podrían haber añadido:

La huelga general no sirve para viajar a la luna.
La huelga general no cura el cáncer.
O, la huelga general no aminora la jeta de los jerifaltes.
Naturalmente, podríamos nosotros también decir:
La reforma laboral no cura los sabañones ni el cáncer.
La reforma laboral es inútil para aprender trigonometría.
La reforma laboral no vale para cazar patos.
La reforma laboral no sirve para remediar el paro.
Y la reforma laboral tampoco arregla la economía (como ya se ha visto con la
anterior reforma, que se hizo para eso, según Zapatero).
¿Significa todo esto que son dos cosas inútiles? Pues no. Basta con que nos
preguntemos, no para qué cosas no sirven, sino para cuales sirven.
Veamos. La reforma laboral sirve básicamente para que baje el coste de la mano
de obra, lo que significa que los empresarios se harán más ricos. Y, sobre todo, sirve
para incrementar de forma desmesurada el dominio del capitalista sobre el trabajador,
que queda atadito de pies y manos. ¡Vaya si sirve!
¿Y la huelga general? Pues sirve parta protestar contra los abusos de un
capitalismo despiadado que no duda en sacrificar a las personas humildes para
acrecentar la riqueza de una minoría avariciosa, de un capitalismo que cuenta con el
apoyo en votos o en silencios de más de las tres cuartas partes de la población
española, pero que sigue siendo inhumano, prepotente y feroz, de una burguesía que
abusa de sus medios para mantener engañados o en la inopia a gran parte de nuestros
conciudadanos (mirad los medios de comunicación que van quedando), y que se
aprovecha de nuestro infantil deseo de ser algún día ricos, para mantenernos a todos
en situaciones de dependencia.

Juan García Caselles