Después de cinco días ingresado en el hospital a la espera de una operación para tratar las fracturas sufridas en un accidente laboral, Juan Carlos González Pérez, conocido como "Pupi", ya tiene fecha para la operación: el martes 2, según ha informado el propio zamorano de 30 años, atrapado en la burocracia sanitaria entre su mutua y el Sacyl. Será entonces cuando le operen del fémur y, una vez estabilizado, "me trasladarán a Valladolid para hacerme el resto de operaciones". 

Fuente: Cedido a la Opinión de Zamora
 El golpe seco del cable de fibra óptica que estaba instalando en Venialbo le precipitó desde la escalera en la que trabajaba a cuatro metros de altura el 26 de enero. El diagnóstico: rotura del fémur, un codo, una muñeca y uno de los huesos calcáneos. El joven herido ocurrido hacia las 14.00 horas de miércoles pasado cumple hoy su quinto día de ingreso en el Hospital Virgen de la Concha, a donde fue trasladado en ambulancia de urgencia, “sin saber cuándo me van a operar, me dicen que será en esta semana”, explicaba ayer, antes de conocer que sería mañana, martes, la fecha de la operación. Lo único que le han hecho es “estabilizarme el fémur con unos hierros, pero sigo perdiendo sangre, me dicen”, y sigue la espera de entrar en un quirófano para que le traten las cuatro fracturas, desesperado porque ni la mutua de su empresa ni el Sacyl terminan de aclararse sobre la fecha de la intervención.

El zamorano, vecino de Sanzoles, no sale de su asombro por el dislate al que asiste como mero espectador, sin poder atajar un problema de “competencias” entre la mutua que le asegura como trabajador y el Sacyl, que le mantiene atado a la planta de trumatología del Hospital sin perspectivas de que esta situación kafkiana termine, a pesar de que “el director de la aseguradora y el jefe de traumatología del Complejo Asistencial de Zamora se han reunido”. Y es que “los médicos del Virgen de la Concha me dicen que no me pueden intervenir al ser un accidente laboral, que tiene que ser la mutua la que se haga cargo de mí”, pero la compañía se niega a trasladarle a otro hospital porque “dicen que hay riesgo de que sufra una embolia”.

 El trabajador no oculta su angustia porque “el traumatólogo ha dicho que hay que operarme ya por ese riesgo de embolia”. El jueves le visitó el anestesista, “la mutua está dispuesta a correr con todos los gastos”, agrega Carlos, quien pide que le operen cuanto antes, “donde sea, aquí o en Valladolid, después ya se discutirá quién paga los gastos”. El joven intenta ser positivo, declara, “pero me meten miedo con la fractura del fémur, me dicen que es fácil que me queden secuelas. No me pueden tener como si fuera un objeto”, concluye, “mientras se tiran la pelota de un lado a otro”. Y cruza los dedos para no contagiarse de COVID.