Saludos compañer@s.
ESTAMOS
ANTE UN RETO HISTORICO PARA LOS Y LAS TRABAJADORAS DEL SECTOR
HAY
QUE ACABAR CON LA SUBCONTRATACIÓN. A IGUAL TRABAJO IGUAL SALARIO
Desde la Coordinadora Estatal de comités y secciones sindicales de nuestro
sector, con representantes de los trabajadores de múltiples provincias,
secciones sindicales y empresas, hemos estado manteniendo reuniones periódicas,
intercambiando información y tomándole el pulso al sector. Fruto de ello, hemos
detectado una clarísima involución en las condiciones laborales del sector, que
nos aproximan a la casilla de salida del 2015, otra vez.
El fenómeno de la subcontratación es un evidente recurso económico de las
empresas, que si bien en pocos casos, de especialización extrema, puede estar
justificado técnica y organizativamente, la utilización de la cadena de
subcontratación en las tareas propias y cotidianas de las empresas tiene como
única justificación la rentabilidad económica.
¿Y cómo puede ser posible la rentabilidad económica de
la subcontratación?
Fuera de los casos de especialización evidente, tareas infrecuentes o en
ámbitos territoriales no habituales ni prolongados en el tiempo, la
rentabilidad económica de la subcontratación solo se explica en la reducción de
costes:
- Laborales. En primer lugar, fragmentación
de la unidad de las plantillas. En lugar de una sola plantilla, hay toda una
retahíla de empresas que dificultan la defensa sindical y la negociación
colectiva. Esto conlleva degradación de las condiciones laborales con convenios
fuera de sector, con pequeñas o medianas empresas sin representación de los
trabajadores o con representaciones total o parcialmente amarillas, lo que
impide la mas mínima defensa de los trabajadores e incluso que se hagan pasar
intereses empresariales por propios de los trabajadores. Es suficiente que una
empresa que está buscando mayor flexibilidad, se procure la mano de obra en un
marco diferente al del contrato de trabajo, para escapar de la regulación y
jurisdicción laboral, a la mercantil, y a todas las restricciones ligadas al
contrato de trabajo.
- Sociales. La subcontratación perjudica la
estabilidad laboral y los menores salarios suponen cotizaciones mas bajas,
transfiriendo un dinero que sería destinado a salarios y cotizaciones sociales
en una empresa, a beneficios empresariales con una exigua fiscalización. Además,
al contrario de lo que se dice, ello no repercute en ninguna mejora del mercado
laboral ni en mayor viabilidad de las empresas. En cuanto disminuyen los
beneficios, no tardan en acogerse a ERTES por causas supuestamente “objetivas”.
- Seguridad. El difuso seguimiento de la
cadena de subcontratación, con microempresas e incluso trabajadores autónomos,
dificulta la vigilancia de la seguridad en el trabajo, tanto por los delegados
de prevención, como de la acción inspectora de la autoridad laboral, siendo
tanto el coste de las posibles sanciones como el de los accidentes y
enfermedades laborales, que recaen sobre las mutuas o el propio autónomo,
rentables a ojos vista.
¿Cómo afecta la subcontratación
al sector de las telecomunicaciones?
En el sector de las telecomunicaciones confluyen en una tormenta perfecta
todas las anteriores circunstancias, especialmente en el ámbito de la
instalación y el mantenimiento de las redes y servicios de telecomunicaciones,
actividad esencial, debido principalmente a no estar adscritos físicamente a un
centro de trabajo.
La instalación y el mantenimiento de líneas y servicios de
telecomunicaciones por parte de las operadoras, constituye claramente una
actividad esencial en el negocio, en un territorio de presencia permanente y
sin especialización mas allá de la propia del negocio, siendo por tanto, un
caso claro de subcontratación para aumentar por sobreexplotación del personal
la rentabilidad económica.
¿Como rentabiliza el sector la
subcontratación?
Por medio de la reducción de costes antes mencionadas, que se agudizan en
el sector:
- Laborales. Convenios de sector en condiciones mucho peores que los convenios de la
empresa principal o incluso convenios de empresa en la contrata o
subcontrata, por debajo de los del sector de referencia, fruto de una nula o
débil RLT, con una gran presión a los profesionales que se ven amenazados con
vetos, para ejercer su profesión, por las escasas opciones de trabajo que se suelen
reducir a dos operadoras. Aquí la fragmentación de las plantillas juega a favor
de los intereses empresariales y dificulta la necesaria acción colectiva en el
sector.
- Sociales. Los bajos salarios repercuten
en menores cotizaciones, y los fraudulentos sistemas de baremación de los
trabajos, y un nulo control del registro horario de jornada, provocan la
retribución fraudulenta de horas extra, que cuando se pagan, se hace por un
valor fuera de convenio, y sin declarar las cotizaciones pertinentes, lo que
supone más ahorro de costes y mas fraude social, situación
de la que los trabajadores son prisioneros por una Representación de los
trabajadores, dispersa, fragmentada, y en ocasiones, intervenida por la
empresa, con cargos de su confianza puestos a dedo.
- Seguridad. Es palpable, que los accidentes especialmente graves en
el sector, con miles de trabajadores en la carretera todos los días, con
trabajos en altura y otros riesgos, siempre se producen a partir del segundo
nivel de subcontratación, siendo raros porcentualmente en el personal de las
operadoras, escasos en las subcontratas con una RLT efectiva, y tristemente
habituales en subcontratas sin RLT y falsas cooperativas.
Esta falta de igualdad produce situaciones humillantes, de profesionales
que concurren en un mismo trabajo, a realizar el mismo trabajo pero con unas
condiciones de trabajo, laborales, sociales y de seguridad, abismales entre si,
llegando al caso de decretar las operadoras, medidas de seguridad aplicables a
su propio personal pero no al subcontratado, actitud que es replicada por las
contratas con sus respectivas subcontratas, dándose a diario el caso de
trabajos que son paralizados por seguridad en una contrata, que se derivan a
subcontratas para evitar adoptar medidas de seguridad. En este apartado se
produce tanto un ahorro de coste como de imagen.
¿Qué se puede hacer para
solucionar esto?
Es evidente que la lucha empresa a empresa y como sector ha dado sus frutos
y hoy tenemos un sector con mejores condiciones que antes de la lucha del 2015.
Pero también está claro que estas luchas parciales, que hay que seguir
haciendo, tienen muchos límites como demuestra el logro de la desaparición del
falso autónomo, que se consiguió en las movilizaciones de la “marea azul” en
2015, (es decir, en la cadena de subcontratación de Telefónica) pero aún no se
ha extrapolado al resto de Operadoras o el hecho de haber logrado sobre
el papel que las empresas se comprometieran a limitar la subcontratación pero
que como sector hemos sido incapaces de hacer cumplir en la práctica viendo
como cada vez más se despide personal propio de la contrata para subcontratar
sus tareas.
Pero lo que realmente puede solucionar la explotación que sufrimos los y
las trabajadoras de las subcontratas es impedir
por ley que exista la subcontratación generalizada o al menos que si esta
sigue existiendo, sea bajo la máxima de : “A IGUAL TRABAJO, IGUAL SALARIO“
es decir que los y las trabajadoras que trabajen en una subcontrata tengan las
mismas condiciones laborales que los de la empresa principal para la que
trabajan.
Si las condiciones laborales de los trabajadores subcontratados se
equiparasen por ley con los de la contratista, la subcontratación perdería su
atractivo de reducción de costes, y se limitaría a los casos de verdadera
especialización.
¿Qué hay que cambiar?
Tenemos que hacer que el gobierno y parlamento
cambien la legislación actual que permite desde hace años este atropello que
significa la subcontratación. Hay que reformar la legislación y que el Estatuto
de los trabajadores y de las trabajadoras impida la subcontratación
generalizada o al menos que el estatuto obligue a las empresas subcontratistas a tener las mismas
condiciones laborales y económicas que la empresa principal para la que ofrecen
sus servicios.
También hay que impedir que como ocurre hoy pueda
haber un convenio de empresa por debajo de las condiciones de un convenio de
sector.
Estos cambios legales son posibles y sobre los
mismos hay una mesa de diálogo social en la que participan CCOO, UGT, Gobierno
y patronal, que está parada desde febrero pero que más pronto que tarde se
reactivará y de la cual saldrá la nueva regulación de la subcontratación.
Exijamos una reforma que acabe con la
subcontratación: A igual trabajo igual salario.
Lo que vaya a negociarse en esa mesa de diálogo y en qué sentido se legisle, si
a favor de la patronal o a favor de los trabajadores depende
fundamentalmente de la capacidad que tengamos de hacernos oír, de hacer ruido en
los centros de trabajo, en las calles, en los medios de comunicación, en las
redes sociales, ante los partidos políticos para que se posiciones a favor de
esta reforma. Tenemos que crear una marea social a favor de la eliminación de
la subcontratación generalizada para lograr al menos que se cumpla la máxima de
a igual trabajo igual salario.
Nuestra opinión desde la Coordinadora Estatal es que debemos dar
comienzo a una campaña para hacernos ver, y hacer fuerza para con los que
defiendan nuestros intereses en la mesa de negociación que se va a reabrir en
breve, y en la que no tenemos ni voz ni voto como sector. En prensa aparecen
plazos de apertura de dicha mesa antes de final de este año, y eso nos impone
premura y rapidez en la organización de una respuesta social para influir en
ella.
Por este motivo, acordamos comenzar la campaña y lanzamos la invitación a
la coordinación de esfuerzos e iniciativas para conseguir marcar la agenda de
dicha mesa, concienciar y movilizar a tantos sectores y tantas compañeras y
compañeros en la defensa de los intereses que como trabajadoras y trabajadores
tenemos.
Por supuesto, esto no es solamente una cuestión que afecte a nuestro
sector, sino que es algo transversal que afecta a la globalidad del mercado
laboral en nuestro entorno. En todos los sectores la subcontratación cada vez
es más generalizada y en todos los casos en condiciones de explotación. Es una
explotación que una vez más se ceba aun más en las mujeres, Teleoperadoras,
limpieza, las Kelys…….
Por nuestra cuenta comenzaremos lanzando campaña propia de sector, con
propaganda y simbología propias, pero con el ánimo de promover encuentros y
coordinaciones con todo tipo de entidades susceptibles de ayudarnos y ser
beneficiarias de un cambio legislativo en esta línea. Pensamos en hostelería,
Las Kelys, diversas Mareas, como la Sanitaria, donde la subcontratación tiene
gran presencia, La marea Pensionista, sectores industriales enteros,
transportes, etc. Hay mucho campo por recorrer y muchos motivos para sumarse.
Teniendo en cuenta la actual situación sanitaria, y los plazos que se nos
presentan, la campaña ha de centrarse inicialmente, en mediatizar y visibilizar
nuestra problemática, a nivel de presencia mediática en medios TV, Radio, redes
sociales, etc... Reuniones con partidos políticos que negocian apoyar presupuestos
estatales serán necesarias también.
Una vez hecho el primer despliegue mediático, planteamos un calendario de
acciones presenciales, modestas de momento por la situación, pero que
necesariamente han de ir en aumento hasta poder realizar alguna acción o
manifestación con notable visibilidad.
La reivindicación principal es que
se prohíba la subcontratación, o en su defecto, que se obligue a pagar y
mantener las mimas condiciones laborales y salariales que en la empresa matriz,
la que origina la cadena de subcontratación.
EL MOMENTO Y LA OPORTUNIDAD SON AHORA. NO LA
DESAPROVECHEMOS.
TODAS SALDREMOS BENEFICIADAS DE UNA LUCHA ASÍ.
Coordinadora Estatal de Contratas y subcontratas del Sector de las
Telecomunicaciones.
Bravo !!!!!!!!!!
ResponderEliminarO todos a fijos de las empresas principales - que no quieren ni lo harán - o nacionalización de todas sus contratas y subcontratas. Mejor que luchar contra cada empresa principal, cada contrata y cada subcontrata, es forzar por ley - o al menos plantearlo - que el único prestamista, contratista y subcontratista de mano de obra - con todos sus derechos - para las empresas principales sea el Estado capitalista. Lo cual no soluciona el problema porque habrá que afrontar igualmente al Estado como Patrón centralizado, pero de momento podría ser un avance. Efectivamente es una lucha para todos los sectores, pero para avanzar hay que quitarse de en medio todo el variado, divisor y artificioso entramado empresarial y sindical parlamentario que no tiene otro fin que lucrarse o vivir del cuento, reventando y sobre robando a la masa de trabajador@s infinitamente divididos. Centenares de miles, por no decir millones, de los trabajador@s más explotados y a los que no se respetan sus derechos han de pasar a la plantilla del Estado con todos sus derechos - y con más razón que cualquiera - aunque estos sean pocos, y las empresas principales estar obligadas a contratar en consecuencia a plantillas de trabajador@s estatales con todos sus derechos. Y más aún en esta época de crisis. La mayor fuerza productiva es el trabajo humano. Dejemosles las máquinas, que luego se las expropiaremos todas a quienes en la vida trabajarán con ellas. Nacionalización de la principal fuerza productiva, la fuerza de trabajo humana, con todos sus derechos, y posterior expropiación del resto de las fuerzas productivas naturales y artificiales a la clase capitalista, que no las toca pero es su propietaria.
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