viernes, 6 de noviembre de 2020

ESTAMOS ANTE UN RETO HISTÓRICO: HAY QUE ACABAR CON LA SUBCONTRATACIÓN. A IGUAL TRABAJO IGUAL SALARIO

 

Saludos compañer@s.

ESTAMOS ANTE UN RETO HISTORICO PARA LOS Y LAS TRABAJADORAS DEL SECTOR

HAY QUE ACABAR CON LA SUBCONTRATACIÓN. A IGUAL TRABAJO IGUAL SALARIO

Desde la Coordinadora Estatal de comités y secciones sindicales de nuestro sector, con representantes de los trabajadores de múltiples provincias, secciones sindicales y empresas, hemos estado manteniendo reuniones periódicas, intercambiando información y tomándole el pulso al sector. Fruto de ello, hemos detectado una clarísima involución en las condiciones laborales del sector, que nos aproximan a la casilla de salida del 2015, otra vez.

El fenómeno de la subcontratación es un evidente recurso económico de las empresas, que si bien en pocos casos, de especialización extrema, puede estar justificado técnica y organizativamente, la utilización de la cadena de subcontratación en las tareas propias y cotidianas de las empresas tiene como única justificación la rentabilidad económica.

¿Y cómo puede ser posible la rentabilidad económica de la subcontratación?

Fuera de los casos de especialización evidente, tareas infrecuentes o en ámbitos territoriales no habituales ni prolongados en el tiempo, la rentabilidad económica de la subcontratación solo se explica en la reducción de costes:

- Laborales. En primer lugar, fragmentación de la unidad de las plantillas. En lugar de una sola plantilla, hay toda una retahíla de empresas que dificultan la defensa sindical y la negociación colectiva. Esto conlleva degradación de las condiciones laborales con convenios fuera de sector, con pequeñas o medianas empresas sin representación de los trabajadores o con representaciones total o parcialmente amarillas, lo que impide la mas mínima defensa de los trabajadores e incluso que se hagan pasar intereses empresariales por propios de los trabajadores. Es suficiente que una empresa que está buscando mayor flexibilidad, se procure la mano de obra en un marco diferente al del contrato de trabajo, para escapar de la regulación y jurisdicción laboral, a la mercantil, y a todas las restricciones ligadas al contrato de trabajo.

- Sociales. La subcontratación perjudica la estabilidad laboral y los menores salarios suponen cotizaciones mas bajas, transfiriendo un dinero que sería destinado a salarios y cotizaciones sociales en una empresa, a beneficios empresariales con una exigua fiscalización. Además, al contrario de lo que se dice, ello no repercute en ninguna mejora del mercado laboral ni en mayor viabilidad de las empresas. En cuanto disminuyen los beneficios, no tardan en acogerse a ERTES por causas supuestamente “objetivas”.

- Seguridad. El difuso seguimiento de la cadena de subcontratación, con microempresas e incluso trabajadores autónomos, dificulta la vigilancia de la seguridad en el trabajo, tanto por los delegados de prevención, como de la acción inspectora de la autoridad laboral, siendo tanto el coste de las posibles sanciones como el de los accidentes y enfermedades laborales, que recaen sobre las mutuas o el propio autónomo, rentables a ojos vista.

¿Cómo afecta la subcontratación al sector de las telecomunicaciones?

En el sector de las telecomunicaciones confluyen en una tormenta perfecta todas las anteriores circunstancias, especialmente en el ámbito de la instalación y el mantenimiento de las redes y servicios de telecomunicaciones, actividad esencial, debido principalmente a no estar adscritos físicamente a un centro de trabajo.

La instalación y el mantenimiento de líneas y servicios de telecomunicaciones por parte de las operadoras, constituye claramente una actividad esencial en el negocio, en un territorio de presencia permanente y sin especialización mas allá de la propia del negocio, siendo por tanto, un caso claro de subcontratación para aumentar por sobreexplotación del personal la rentabilidad económica.

¿Como rentabiliza el sector la subcontratación?

Por medio de la reducción de costes antes mencionadas, que se agudizan en el sector:

- Laborales. Convenios de sector en condiciones mucho peores que los convenios de la empresa principal o incluso convenios de empresa en la contrata o subcontrata, por debajo de los del sector de referencia, fruto de una nula o débil RLT, con una gran presión a los profesionales que se ven amenazados con vetos, para ejercer su profesión, por las escasas opciones de trabajo que se suelen reducir a dos operadoras. Aquí la fragmentación de las plantillas juega a favor de los intereses empresariales y dificulta la necesaria acción colectiva en el sector.

- Sociales. Los bajos salarios repercuten en menores cotizaciones, y los fraudulentos sistemas de baremación de los trabajos, y un nulo control del registro horario de jornada, provocan la retribución fraudulenta de horas extra, que cuando se pagan, se hace por un valor fuera de convenio, y sin declarar las cotizaciones pertinentes, lo que supone más ahorro de costes y mas fraude social, situación de la que los trabajadores son prisioneros por una Representación de los trabajadores, dispersa, fragmentada, y en ocasiones, intervenida por la empresa, con cargos de su confianza puestos a dedo.

- Seguridad. Es palpable, que los accidentes especialmente graves en el sector, con miles de trabajadores en la carretera todos los días, con trabajos en altura y otros riesgos, siempre se producen a partir del segundo nivel de subcontratación, siendo raros porcentualmente en el personal de las operadoras, escasos en las subcontratas con una RLT efectiva, y tristemente habituales en subcontratas sin RLT y falsas cooperativas.

Esta falta de igualdad produce situaciones humillantes, de profesionales que concurren en un mismo trabajo, a realizar el mismo trabajo pero con unas condiciones de trabajo, laborales, sociales y de seguridad, abismales entre si, llegando al caso de decretar las operadoras, medidas de seguridad aplicables a su propio personal pero no al subcontratado, actitud que es replicada por las contratas con sus respectivas subcontratas, dándose a diario el caso de trabajos que son paralizados por seguridad en una contrata, que se derivan a subcontratas para evitar adoptar medidas de seguridad. En este apartado se produce tanto un ahorro de coste como de imagen.

 

¿Qué se puede hacer para solucionar esto?

Es evidente que la lucha empresa a empresa y como sector ha dado sus frutos y hoy tenemos un sector con mejores condiciones que antes de la lucha del 2015. Pero también está claro que estas luchas parciales, que hay que seguir haciendo, tienen muchos límites como demuestra el logro de la desaparición del falso autónomo, que se consiguió en las movilizaciones de la “marea azul” en 2015, (es decir, en la cadena de subcontratación de Telefónica) pero aún no se ha extrapolado al resto de Operadoras o el hecho de haber logrado sobre el papel que las empresas se comprometieran a limitar la subcontratación pero que como sector hemos sido incapaces de hacer cumplir en la práctica viendo como cada vez más se despide personal propio de la contrata para subcontratar sus tareas.

Pero lo que realmente puede solucionar la explotación que sufrimos los y las trabajadoras de las subcontratas es impedir por ley que exista la subcontratación generalizada o al menos que si esta sigue existiendo, sea bajo la máxima de : “A IGUAL TRABAJO, IGUAL SALARIO“ es decir que los y las trabajadoras que trabajen en una subcontrata tengan las mismas condiciones laborales que los de la empresa principal para la que trabajan.

Si las condiciones laborales de los trabajadores subcontratados se equiparasen por ley con los de la contratista, la subcontratación perdería su atractivo de reducción de costes, y se limitaría a los casos de verdadera especialización.

¿Qué hay que cambiar?

Tenemos que hacer que el gobierno y parlamento cambien la legislación actual que permite desde hace años este atropello que significa la subcontratación. Hay que reformar la legislación y que el Estatuto de los trabajadores y de las trabajadoras impida la subcontratación generalizada o al menos que el estatuto obligue a las empresas subcontratistas a tener las mismas condiciones laborales y económicas que la empresa principal para la que ofrecen sus servicios.

También hay que impedir que como ocurre hoy pueda haber un convenio de empresa por debajo de las condiciones de un convenio de sector.

Estos cambios legales son posibles y sobre los mismos hay una mesa de diálogo social en la que participan CCOO, UGT, Gobierno y patronal, que está parada desde febrero pero que más pronto que tarde se reactivará y de la cual saldrá la nueva regulación de la subcontratación.

 

Exijamos una reforma que acabe con la subcontratación: A igual trabajo igual salario.

Lo que vaya a negociarse en esa mesa de diálogo y en qué sentido se legisle, si a favor de la patronal o a favor de los trabajadores depende fundamentalmente de la capacidad que tengamos de hacernos oír, de hacer ruido en los centros de trabajo, en las calles, en los medios de comunicación, en las redes sociales, ante los partidos políticos para que se posiciones a favor de esta reforma. Tenemos que crear una marea social a favor de la eliminación de la subcontratación generalizada para lograr al menos que se cumpla la máxima de a igual trabajo igual salario.

Nuestra opinión desde la Coordinadora Estatal es que debemos dar comienzo a una campaña para hacernos ver, y hacer fuerza para con los que defiendan nuestros intereses en la mesa de negociación que se va a reabrir en breve, y en la que no tenemos ni voz ni voto como sector. En prensa aparecen plazos de apertura de dicha mesa antes de final de este año, y eso nos impone premura y rapidez en la organización de una respuesta social para influir en ella.

Por este motivo, acordamos comenzar la campaña y lanzamos la invitación a la coordinación de esfuerzos e iniciativas para conseguir marcar la agenda de dicha mesa, concienciar y movilizar a tantos sectores y tantas compañeras y compañeros en la defensa de los intereses que como trabajadoras y trabajadores tenemos.

Por supuesto, esto no es solamente una cuestión que afecte a nuestro sector, sino que es algo transversal que afecta a la globalidad del mercado laboral en nuestro entorno. En todos los sectores la subcontratación cada vez es más generalizada y en todos los casos en condiciones de explotación. Es una explotación que una vez más se ceba aun más en las mujeres, Teleoperadoras, limpieza, las Kelys…….

Por nuestra cuenta comenzaremos lanzando campaña propia de sector, con propaganda y simbología propias, pero con el ánimo de promover encuentros y coordinaciones con todo tipo de entidades susceptibles de ayudarnos y ser beneficiarias de un cambio legislativo en esta línea. Pensamos en hostelería, Las Kelys, diversas Mareas, como la Sanitaria, donde la subcontratación tiene gran presencia, La marea Pensionista, sectores industriales enteros, transportes, etc. Hay mucho campo por recorrer y muchos motivos para sumarse.

Teniendo en cuenta la actual situación sanitaria, y los plazos que se nos presentan, la campaña ha de centrarse inicialmente, en mediatizar y visibilizar nuestra problemática, a nivel de presencia mediática en medios TV, Radio, redes sociales, etc... Reuniones con partidos políticos que negocian apoyar presupuestos estatales serán necesarias también.

Una vez hecho el primer despliegue mediático, planteamos un calendario de acciones presenciales, modestas de momento por la situación, pero que necesariamente han de ir en aumento hasta poder realizar alguna acción o manifestación con notable visibilidad.

La reivindicación principal es que se prohíba la subcontratación, o en su defecto, que se obligue a pagar y mantener las mimas condiciones laborales y salariales que en la empresa matriz, la que origina la cadena de subcontratación.

 

EL MOMENTO Y LA OPORTUNIDAD SON AHORA. NO LA DESAPROVECHEMOS.

TODAS SALDREMOS BENEFICIADAS DE UNA LUCHA ASÍ.

 

 

Coordinadora Estatal de Contratas y subcontratas del Sector de las Telecomunicaciones.

 

2 comentarios:

  1. O todos a fijos de las empresas principales - que no quieren ni lo harán - o nacionalización de todas sus contratas y subcontratas. Mejor que luchar contra cada empresa principal, cada contrata y cada subcontrata, es forzar por ley - o al menos plantearlo - que el único prestamista, contratista y subcontratista de mano de obra - con todos sus derechos - para las empresas principales sea el Estado capitalista. Lo cual no soluciona el problema porque habrá que afrontar igualmente al Estado como Patrón centralizado, pero de momento podría ser un avance. Efectivamente es una lucha para todos los sectores, pero para avanzar hay que quitarse de en medio todo el variado, divisor y artificioso entramado empresarial y sindical parlamentario que no tiene otro fin que lucrarse o vivir del cuento, reventando y sobre robando a la masa de trabajador@s infinitamente divididos. Centenares de miles, por no decir millones, de los trabajador@s más explotados y a los que no se respetan sus derechos han de pasar a la plantilla del Estado con todos sus derechos - y con más razón que cualquiera - aunque estos sean pocos, y las empresas principales estar obligadas a contratar en consecuencia a plantillas de trabajador@s estatales con todos sus derechos. Y más aún en esta época de crisis. La mayor fuerza productiva es el trabajo humano. Dejemosles las máquinas, que luego se las expropiaremos todas a quienes en la vida trabajarán con ellas. Nacionalización de la principal fuerza productiva, la fuerza de trabajo humana, con todos sus derechos, y posterior expropiación del resto de las fuerzas productivas naturales y artificiales a la clase capitalista, que no las toca pero es su propietaria.

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