Hace unas semanas denunciábamos que TRIDATEL (Sevilla) estaba aplicando despidos disciplinarios a trabajadores con una amplia experiencia en el sector y de profesionalidad contrastada. Pues bien, nos informan de que el grupo de empresas está buscando apoyo entre los trabajadores para descolgarse del convenio del metal. Ahora entendemos esos despidos como parte de una estrategia para crear el clima de miedo necesario para conseguir esos “apoyos”.
Los trabajadores afectados son las aproximadamente 80 personas de cinco subcontratas de Sevilla de un mismo administrador único que trabajan para Telefónica, vía Liteyca, Cotronic y Abentel. No vamos a entrar en profundidad en esto ahora, pero hay que insistir en que esos 80 trabajadores, aunque estén contratados directamente por cinco empresas distintas de un mismo empresario, que han contratado otras tres empresas (Liteyca, Cotronic, Abentel), en la práctica trabajan para una sola empresa (Telefónica-Movistar) - un galimatías empresarial ideado para poder pagarnos cada vez menos por nuestro trabajo y dificultar que nos organicemos.
Además de generar un clima de miedo con los despidos, al parecer se está vendiendo la idea de que con el dinero de los seguros, podrían darles más dinero (300 euros) o vehículo a los trabajadores. O sea, la estrategia de la zanahoria y el palo. Por un lado amenazas de despido y por otro se promete una “gratificación”. Puede parecer suculento tener un poco más de dinero pero el intercambio tiene consecuencias nefastas. El trabajador renuncia a los (pocos) derechos que le garantiza la legalidad del convenio, y ese salario “extra” depende solo de la libre voluntad del empresario y se expone al futuro chantaje empresarial para poder seguir obteniéndolo.
La excusa que aduce la parte empresarial es que hay otra empresa que lleva cerca de un año en Sevilla, Angal, que ya está descolgada del convenio y con la que no puede competir en esas condiciones. Angal ya está denunciada en inspección y, además, en los acuerdos de desconvocatoria de huelga, Telefónica se comprometió a no contratar a ninguna empresa que no cumpliera el convenio.
No podemos permitir el descuelgue el convenio. La solución no puede pasar porque nosotros trabajemos más y más barato. Cuando las empresas compiten para ofrecer precios más bajos, lo hacen a costa de los costes salariales. Por eso mismo estalló la huelga en 2015, porque Telefónica iba a imponer una bajada de precios que las empresas repercutirían en los salarios.
Así que nuestra mejor opción es no dejar que se descuelguen del convenio, ni esta empresa ni ninguna. Y conseguir que en todas las empresas haya suficiente movilización como para que todas cumplan como mínimo el convenio del metal. No es una tarea fácil, pero es una tarea que da resultados. En las empresas del grupo de TRIDATEL, gracias al trabajo sindical se ha conseguido algo tan básico como que se paguen las vacaciones.
Nuestra presión en las empresas tiene que ser para defender lo que hemos conseguido hasta ahora y para mejorar, nunca para perder derechos.