¿Por
qué mis padres pudieron comprar una casa y tener hijos y yo, no: así
son las cosas ahora?
¿Por
qué no podemos conciliar nuestra vida familiar en un entorno de
convivencia armónica y responsable con la educación de nuestros
hijos? ¿Por qué superada la crisis económica, transcurrido algo
más de diez años, y una vez superados los niveles de competencia y
de saneamiento empresarial nuestras condiciones laborales son peores
que al comienzo de la crisis y nuestra estabilidad laboral se
desplaza como un techo inalcanzable?
El
núcleo principal de trabajadores del SECTOR DE LAS
TELECOMUNICACIONES está conformado por jóvenes que representan a
esta generación que solo encuentran escollos a la hora de formar un
proyecto de vida con futuro.
La
transición a la cuarta revolución industrial quiere devolvernos a
nuestras casas, a la empleabilidad inoperante, al subsidio ramplón,
a la disponibilidad en red, mientras que las empresas transitan en la
mejora del beneficio, en la acumulación desmedida. Hoy los
beneficios empresariales devoran el terreno de los salarios.
Cada
trimestre sigue engordando sus beneficios gracias a mantener los
costes salariales muy, muy contenidos, con la excusa de “Telefónica,
Jazztel, Orange y Vodafone pagan muy poco”.
España es uno de los pocos países europeos que no ha recuperado los salarios
de 2008.
Nuestra
huelga, en el 2015, ha querido ser un grito, una denuncia, un basta
ya, a una agresión insoportable rayando en el delito. Una huelga que
denunció
la precarización de un sector ya insostenible con figuras de falsos
autónomos, horarios interminables y riesgo de accidentes para los
trabajadores del sector entre otras muchas más. Una huelga sembrada
por valores de siempre, unidad, compañerismo, solidaridad, lealtad,
de una nueva generación constructora de su propio futuro y que
quieren ser actores principales de su historia.
Tras
años de conformarnos y bajar la guardia la historia vuelve a
repetirse como hemos podido observar con ejemplos claros y
localizados como:
MARTELECOM,
subcontrata de COTRONIC de la provincia de Cádiz, y que también le
trabaja a EFF de la misma provincia. Queremos recordar que todas las
contratas que operan en el sector tienen firmada una adenda con su
cliente principal TELEFONICA los cuales se comprometen a velar por el
cumplimiento de sus subcontratas en todo lo relativo al cumplimiento
de la normativa laboral y de aplicación en los convenios laborales
que les correspondan. Por tanto, el incumplimiento de esta cláusula es responsabilidad tanto de las contratas como de la propia Telefónica.
Estamos
ante una caso de incumplimiento de una manera que roza la indecencia
ya que los trabajadores de la Subcontrata MARTELECOM no reciben las
nóminas
mes a mes para poder comprobar si se les
abona todo lo que les
corresponde,
si pueden comprobar su bases de cotización o categoría profesional,
de los contratos laborales no se disponen de copias para poder
realizar las alegaciones oportunas ya que tienen un sueldo de 950€
y lo demás lo perciben en el famoso denominado en B, queriendo decir
dinero no cotizado ni tampoco regulado, se le marca un objetivo de
producción de 200 puntos al mes y si aun sobrepasando esta
producción revindican sus derechos son despedidos bajo el concepto
de bajo rendimiento, incumplen categoría profesionales, vacaciones,
los epi's
se los tienen que comprar, y así un largo etcétera.
Pero
no nos confundamos, no es solo una subcontrata, son todas; como Wifi
Alecom, que no abona su salario a los trabajadores desde febrero y la
solución realizada es cerrarla y abrir una nueva a nombre de FIBCOM
MARTINEZ.
Por
todo esto, nació nuestra huelga indefinida, una huelga donde
TELEFONICA se vio comprometida y que, por los tiempos que corren, es
necesaria nuevamente esta acción, una huelga en
la que si nos unimos
todo un sector podemos conseguir los derechos que nos corresponden
y así poder optar a tener un trabajo de calidad y futuro.