El gobierno de PSOE-Unidas Podemos está a punto de aprobar la reforma laboral que ha consensuado con las patronales, CEOE y CEPYME, y las direcciones burocráticas de CCOO y UGT. Una reforma que en ningún caso deroga la reforma laboral del PP de 2012, contra la que deberemos seguir luchando, ya que los elementos más lesivos seguirán en pie.
La nueva reforma no recupera la indemnización por despido de 45 días por año trabajado ni los salarios de tramitación, ni modifica las causas de despido. Las empresas seguirán teniendo libertad para hacer despidos colectivos y para aplicar el artículo 41, que permite la modificación de las condiciones laborales a la baja. Un artículo del que, lamentablemente, hablamos mucho aquí en teleafonica.net, ya que las empresas subcontratadas de Telefónica Movistar lo utilizan demasiado a menudo para empeorar las condiciones de trabajadores y trabajadoras del subsector. [Aquí podéis consultar varios conflictos en las empresas subcontratadas originados por el recurso al artículo 41]
La subcontratación como mecanismo de precarización de la mano de obra
Pero, además de no derogar la reforma de Rajoy, la nueva reforma no dificulta en absoluto la subcontratación. Como no nos cansamos de repetir, la subcontratación es uno de los mecanismos claves del mercado laboral en esta fase del capitalismo. Las empresas utilizan la subcontratación para ahorrarse costes laborales pero también para que a su mano de obra le sea muy complicado organizarse para conseguir mejorar sus condiciones.
Nosotros, los trabajadores y trabajadoras de Telefónica, subcontratados o de plantilla, sabemos mucho de subcontratación. Hemos visto todo el esfuerzo y dinero que Telefónica ha puesto, y sigue poniendo, para sustituir su plantilla propia, que era de unas 75000 personas, por personal subcontratado distribuido en cientos de empresas entre contratas, subcontratas y autónomos. Mientras pudo lo hizo mediante EREs y luego mediante acuerdos individuales de suspensión de empleo (PSI) que consisten comprar los puestos de trabajo de los trabajadores en plantilla. Este año ha conseguido nuevamente comprar el puesto de trabajo a más de dos mil trabajadores, pagándoles aproximadamente el 68% de su sueldo hasta la jubilación.
¿Por qué va a pagar salarios dignos a trabajadores en plantilla si pueden subcontratar, pagarle a las contratas y que las contratas ya se apañen con sus trabajadores y trabajadoras subcontratadas? Ya sabemos cómo se apañan las contratas y subcontratas con los trabajadores y trabajadoras. Exprimen la reforma laboral del PP sacándole todo su jugo, esa que no se va a derogar.
¿Y qué ha sido de la promesa electoral de prohibir la contratación?
Unidas Podemos y el PSOE prometían en su programa electoral eliminar la subcontratación. La Ministra de Trabajo empezó a hablar con la patronal para llegar a un acuerdo. Nosotros no veíamos acuerdo posible con la patronal para prohibir la subcontratación. Lanzamos la campaña “Stop Subcontratación” para intentar que se cumpliese la promesa electoral.
Enseguida dejaron de hablar de prohibir la subcontratación, y también de limitar o dificultar. Al final solo han legislado que el convenio de aplicación sea el del sector (no el de la empresa matriz, como sería justo y necesario) y solo en materia salarial.
Si la empresa subcontratista tiene convenio propio se aplicará el artículo 84 del estatuto de los trabajadores, que legisla la concurrencia de convenios, pero el convenio de empresa tendrá prioridad en materia de:
a) El abono o la compensación de las horas extraordinarias y la retribución específica del trabajo a turnos.
b) El horario y la distribución del tiempo de trabajo, el régimen de trabajo a turnos y la planificación anual de las vacaciones.
c) La adaptación al ámbito de la empresa del sistema de clasificación profesional de las personas trabajadoras.
d) La adaptación de los aspectos de las modalidades de contratación que se atribuyen por esta ley a los convenios de empresa.
e) Las medidas para favorecer la corresponsabilidad y la conciliación entre la vida laboral, familiar y personal.
Así, el salario lo marcan los convenios sectoriales, que como sabemos son del todo insuficientes y empuja a trabajadores y trabajadoras a someterse a la producción que marcan las empresas, o sea a trabajar a destajo. Y las condiciones laborales las marcan las empresas contratistas, que presionan sin cesar a la baja y siempre tienen el recurso al artículo 41, que no se va derogar.
Si no se va a prohibir la subcontratación, lo mínimo que se puede legislar es que el convenio de aplicación sea el de la empresa que subcontrata. Solo así se podrá desincentivar a las empresas a subcontratar, ya que no conseguirán rebajar de una manera tan sangrante para nosotros los costos salariales.
El “No” a la Reforma Laboral
Ante la inminente aprobación de la reforma, numerosas voces desde el sindicalismo alternativo, grupos parlamentarios de izquierda y abogados laboralistas alertan de las consecuencias de que se apruebe la ley sin derogar los aspectos más lesivos de la ley actual y hacen un llamamiento para que no se apruebe.
Es cierto que hay algún avance, como la posibilidad de la “ultra actividad de los convenios” y otros aspectos menores. Se puede pensar que estas mejoras son suficientes para justificar la nueva reforma. Sin embargo, esto no es así. Como dice el diputado de la CUP Albert Botran, "el gobierno puede someter a votación los avances de forma independiente, como hizo con la derogación del despido por enfermedad al principio de la legislatura, que todas las izquierdas apoyaron".
Pero si se aprueba la reforma, se cierra la lucha por la derogación de las reformas anteriores. Trabajadores y trabajadoras pasaremos muchos años vendidos a muy mal precio y con muy malas condiciones en el mercado laboral. No olvidemos que ya ha pasado una década desde la reforma del PP, la misma década que el PSOE lleva prometiendo que la va a derogar.
En ese sentido estamos de acuerdo con argumentos como los que expone el abogado laboralista Vidal Aragonés, que afirman que la reforma “da carta de naturaleza a los aspectos más lesivos de la reforma del 2012 en tanto que éstos quedan normalizados al tratarse de una reforma impulsada, realizada y defendida —presentada incluso como una «victoria»— por la «izquierda».
Desde la Coordinadora de trabajadores y trabajadoras subcontratadas de Telefónica Movistar que surgió de la huelga unitaria indefinida del 2015 de trabajadores y trabajadoras subcontratadas de Telefónica, nos sumamos a las voces que afirman que la reforma laboral de PSOE y Unidas Podemos, no deroga la reforma del PP del 2012. Hacemos un llamamiento a los grupos parlamentarios a votar en contra y a trabajadores y trabajadoras a sumarse a las movilizaciones que tendrán lugar en varias ciudades del Estado para exigir la derogación de la reforma laboral y la prohibición de la subcontratación.
La nueva reforma no recupera la indemnización por despido de 45 días por año trabajado ni los salarios de tramitación, ni modifica las causas de despido. Las empresas seguirán teniendo libertad para hacer despidos colectivos y para aplicar el artículo 41, que permite la modificación de las condiciones laborales a la baja. Un artículo del que, lamentablemente, hablamos mucho aquí en teleafonica.net, ya que las empresas subcontratadas de Telefónica Movistar lo utilizan demasiado a menudo para empeorar las condiciones de trabajadores y trabajadoras del subsector. [Aquí podéis consultar varios conflictos en las empresas subcontratadas originados por el recurso al artículo 41]
La subcontratación como mecanismo de precarización de la mano de obra
Pero, además de no derogar la reforma de Rajoy, la nueva reforma no dificulta en absoluto la subcontratación. Como no nos cansamos de repetir, la subcontratación es uno de los mecanismos claves del mercado laboral en esta fase del capitalismo. Las empresas utilizan la subcontratación para ahorrarse costes laborales pero también para que a su mano de obra le sea muy complicado organizarse para conseguir mejorar sus condiciones.
Nosotros, los trabajadores y trabajadoras de Telefónica, subcontratados o de plantilla, sabemos mucho de subcontratación. Hemos visto todo el esfuerzo y dinero que Telefónica ha puesto, y sigue poniendo, para sustituir su plantilla propia, que era de unas 75000 personas, por personal subcontratado distribuido en cientos de empresas entre contratas, subcontratas y autónomos. Mientras pudo lo hizo mediante EREs y luego mediante acuerdos individuales de suspensión de empleo (PSI) que consisten comprar los puestos de trabajo de los trabajadores en plantilla. Este año ha conseguido nuevamente comprar el puesto de trabajo a más de dos mil trabajadores, pagándoles aproximadamente el 68% de su sueldo hasta la jubilación.
¿Por qué va a pagar salarios dignos a trabajadores en plantilla si pueden subcontratar, pagarle a las contratas y que las contratas ya se apañen con sus trabajadores y trabajadoras subcontratadas? Ya sabemos cómo se apañan las contratas y subcontratas con los trabajadores y trabajadoras. Exprimen la reforma laboral del PP sacándole todo su jugo, esa que no se va a derogar.
¿Y qué ha sido de la promesa electoral de prohibir la contratación?
Unidas Podemos y el PSOE prometían en su programa electoral eliminar la subcontratación. La Ministra de Trabajo empezó a hablar con la patronal para llegar a un acuerdo. Nosotros no veíamos acuerdo posible con la patronal para prohibir la subcontratación. Lanzamos la campaña “Stop Subcontratación” para intentar que se cumpliese la promesa electoral.
Enseguida dejaron de hablar de prohibir la subcontratación, y también de limitar o dificultar. Al final solo han legislado que el convenio de aplicación sea el del sector (no el de la empresa matriz, como sería justo y necesario) y solo en materia salarial.
Si la empresa subcontratista tiene convenio propio se aplicará el artículo 84 del estatuto de los trabajadores, que legisla la concurrencia de convenios, pero el convenio de empresa tendrá prioridad en materia de:
a) El abono o la compensación de las horas extraordinarias y la retribución específica del trabajo a turnos.
b) El horario y la distribución del tiempo de trabajo, el régimen de trabajo a turnos y la planificación anual de las vacaciones.
c) La adaptación al ámbito de la empresa del sistema de clasificación profesional de las personas trabajadoras.
d) La adaptación de los aspectos de las modalidades de contratación que se atribuyen por esta ley a los convenios de empresa.
e) Las medidas para favorecer la corresponsabilidad y la conciliación entre la vida laboral, familiar y personal.
Así, el salario lo marcan los convenios sectoriales, que como sabemos son del todo insuficientes y empuja a trabajadores y trabajadoras a someterse a la producción que marcan las empresas, o sea a trabajar a destajo. Y las condiciones laborales las marcan las empresas contratistas, que presionan sin cesar a la baja y siempre tienen el recurso al artículo 41, que no se va derogar.
Si no se va a prohibir la subcontratación, lo mínimo que se puede legislar es que el convenio de aplicación sea el de la empresa que subcontrata. Solo así se podrá desincentivar a las empresas a subcontratar, ya que no conseguirán rebajar de una manera tan sangrante para nosotros los costos salariales.
El “No” a la Reforma Laboral
Ante la inminente aprobación de la reforma, numerosas voces desde el sindicalismo alternativo, grupos parlamentarios de izquierda y abogados laboralistas alertan de las consecuencias de que se apruebe la ley sin derogar los aspectos más lesivos de la ley actual y hacen un llamamiento para que no se apruebe.
Es cierto que hay algún avance, como la posibilidad de la “ultra actividad de los convenios” y otros aspectos menores. Se puede pensar que estas mejoras son suficientes para justificar la nueva reforma. Sin embargo, esto no es así. Como dice el diputado de la CUP Albert Botran, "el gobierno puede someter a votación los avances de forma independiente, como hizo con la derogación del despido por enfermedad al principio de la legislatura, que todas las izquierdas apoyaron".
Pero si se aprueba la reforma, se cierra la lucha por la derogación de las reformas anteriores. Trabajadores y trabajadoras pasaremos muchos años vendidos a muy mal precio y con muy malas condiciones en el mercado laboral. No olvidemos que ya ha pasado una década desde la reforma del PP, la misma década que el PSOE lleva prometiendo que la va a derogar.
En ese sentido estamos de acuerdo con argumentos como los que expone el abogado laboralista Vidal Aragonés, que afirman que la reforma “da carta de naturaleza a los aspectos más lesivos de la reforma del 2012 en tanto que éstos quedan normalizados al tratarse de una reforma impulsada, realizada y defendida —presentada incluso como una «victoria»— por la «izquierda».
Desde la Coordinadora de trabajadores y trabajadoras subcontratadas de Telefónica Movistar que surgió de la huelga unitaria indefinida del 2015 de trabajadores y trabajadoras subcontratadas de Telefónica, nos sumamos a las voces que afirman que la reforma laboral de PSOE y Unidas Podemos, no deroga la reforma del PP del 2012. Hacemos un llamamiento a los grupos parlamentarios a votar en contra y a trabajadores y trabajadoras a sumarse a las movilizaciones que tendrán lugar en varias ciudades del Estado para exigir la derogación de la reforma laboral y la prohibición de la subcontratación.
Artículos relacionados y de referencia:
Manifiesto de la Mesa Sindical de Catalunya por la derogación de la reforma laboral: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfPAAw1QA6ZmI5dMCUaJh_5kdUnY0K1Bl5LoN-m3EfhVtfa9g/viewform
Juan Rubino, abogado laboralista “La reforma laboral, una epopeya a la inversa” https://ctxt.es/es/20220101/Firmas/38469/reforma-laboral-derogacion-yolanda-diaz-pedro-sanchez.htmç
Albert Botran, diputado de la CUP "Reforma laboral: ni tan solo un vaso medio lleno" https://blogs.publico.es/otrasmiradas/55832/reforma-laboral-ni-tan-solo-un-vaso-medio-lleno/?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_campaign=web
Vidal Aragonés y Àngel Ferrero "El «Evroremont» de Yolanda Díaz." https://www.sinpermiso.info/textos/el-evroremont-de-yolanda-diaz
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